La miel natural es un alimento que lleva consumiéndose siglos, no solo por su irresistible sabor, si no también por la multitud de nutrientes y propiedades beneficiosas para nuestra salud. Aunque cada variedad tiene sus peculiaridades, todas ellas están compuestas, principalmente, de diferentes azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa) y agua. Estos componentes son los que determinan la textura y el nivel de cristalización que alcanzan.
Como hemos mencionado, la miel soporta bien el paso del tiempo pero debe hacerse correctamente para que no se estropee y mantenga todas sus propiedades y su sabor intactos. Si sigues las instrucciones que te daremos a continuación podrás conservar la miel como el primer día, ¡es muy sencillo!
Mantén la miel a la temperatura adecuada
La miel debe mantenerse a una temperatura ambiente alejada de humedad y fuentes directas de calor. En general, debería almacenarse en un entorno entre 10º y 20º, prestando especial atención a las radiaciones UV. Para que la miel conserve todas sus propiedades no debe recibir la luz directa del sol. Lo más adecuado es guardarla en la cocina o la despensa, metida en un armario o sobre la encimera, si está a la sombra. Lo más importante de todo es que nunca metas la miel en la nevera. Los cambios de temperatura provocados al meter y sacar la miel del refrigerador afectan a su composición, haciendo que se endurezca.
Asegúrate de que el recipiente esté bien cerrado
Uno de los motivos principales por los que la miel puede perder su sabor y aroma es por no cerrar correctamente el recipiente en el que está almacenada. A medida que este alimento entra en contacto con el oxígeno, va perdiendo su sabor y aromas característicos. Es algo que ocurre cuando la consumimos, y no pasa nada por abrir el bote y servirnos una cucharada pero el problema está en que lo dejemos mal cerrado durante días, semanas o incluso meses. En ese caso, comprobaríamos al ir a tomarla de nuevo que ya no tiene la misma intensidad de la última vez y, aunque podemos seguir tomándola con total seguridad no estará en unas condiciones óptimas.
Qué hacer si se ha cristalizado
Debemos recordar por qué se cristaliza la miel: no es porque esté caducada. Se trata de un proceso natural de la miel, derivado de la glucosa y fructosa que contiene. La cantidad de estos componentes es mayor que la de agua, y las partículas de los azúcares tienden a juntarse formando cristales. Este estado se puede revertir, haciendo que sea más sencilla de consumir gracias a la textura líquida. En el caso de que te haya ocurrido, basta con que calientes el bote al baño María (siempre de cristal, nunca hagas lo siguiente con un recipiente de plástico). Asegúrate, utilizando un termómetro de que no supera los 37º, ya que entonces afectará a las propiedades y la calidad de la miel.
La miel se puede congelar
Puede resultar extraño que no se pueda meter la miel en la nevera pero sí pueda congelarse, aunque así es. No es recomendable hacerlo ya que perderá gran parte de sus propiedades, pero sí es posible preservar la miel guardándola en el congelador en el caso de que tenga gran cantidad de este alimento. Si vas a hacerlo, ten en cuenta que la miel tenderá a expandirse, por lo que no debes llenar el bote hasta arriba. Por último, para descongelarla utiliza el método del baño María, en lugar de dejarla a temperatura o utilizar el microondas.
Haciendo un repaso a todo lo anterior, podemos resumir que la mejor manera de conservar la miel es mantenerla a temperatura ambiente, alejada de fuentes de calor y de espacios demasiado húmedos, asegurándonos de que el recipiente está bien cerrado. ¿Conocías estos consejos? Déjanos tu respuesta en los comentarios, ¡estamos deseando leerte!