Hoy en día tenemos al alcance de nuestra mano un universo lleno de información sobre cualquier tema que se nos ocurra y del que queramos saber en profundidad. Sin embargo, muchos de esos datos son erróneos y el hecho de que se compartan y se propaguen permite que se acaben aceptando como verdades. Ocurre en todos los ámbitos de la vida y la miel no ha podido escapar a esos falsos mitos que se han creado sobre ella y que, en muchas ocasiones se han transmitido de generación en generación. Seguro que algunos de los que vamos a contar en nuestro post te suenan de algo e incluso puede que te cueste creer que no son verdad. ¿Te animas a descubrirlos? ¡Sigue leyendo!

 

Todas las abejas producen miel

Empezaremos desmitificando el origen de la miel y es que se tiende a pensar que todas las abejas producen este delicioso alimento. La verdad es que no, no todas lo hacen. Hasta el momento se han descubierto alrededor de 20.000 especies diferentes de abejas en el mundo, presentes en todos los continentes exceptuando la Antártida. Solo 7 de ellas producen miel, la más conocida (especialmente en nuestro país) es la apis mellifera que, por su nombre, ya nos da una pista. Esta especie es europea y es la única que hemos podido “domesticar”. Se organiza jerárquicamente en colmenas, de forma muy estructurada. Es importante remarcar esto porque esta especie con la que estamos tan familiarizados es eusocial, es decir, vive en comunidad y se relaciona con el resto de la colmena pero no todas las especies son así. De hecho, la gran mayoría de abejas son solitarias. Como último dato sobre la apis mellifera, además de miel, tiene la capacidad de producir cera

 

Si la miel se cristaliza, hay que tirarla

Otro de los grandes falsos mitos tiene que ver con la idea errónea de que la miel debe ser líquida. Este alimento puede presentar diferentes texturas y espesores, sin que haya una que sea la correcta. ¿De qué dependerá? En primer lugar, de la variedad. La composición de un tipo concreto de miel será la que determine qué textura tendrá y su nivel de cristalización. Por ejemplo, la miel de calluna tiene una textura gelatinosa muy característica que la diferencia fácilmente del resto de variedades y, además, su proceso de cristalización es especialmente lento. 

La composición, como hemos dicho, también influye en la cristalización. Se trata de un proceso natural de la miel, derivado de la  glucosa y fructosa que contiene. La cantidad de estos componentes es mayor que la de agua, y las partículas de los azúcares tienden a juntarse formando cristales. Como la cantidad de azúcar viene determinada por su composición, no todas las variedades tienen la misma cristalización: algunas lo harán más rápido y otras más despacio.

Pero, en definitiva, es falso que el hecho de que una miel esté cristalizada signifique que se ha puesto mala y no se deba consumir. Si te ha pasado y no sabes cómo revertirlo, prueba a meterla en un envase de cristal si se encuentra en uno de plástico, y calientala al baño maría, removiéndola de vez en cuando con una cuchara hasta que esté tan líquida como a ti te guste. De esta forma se podrán mantener intactas todas sus propiedades.

 

La miel engorda

Para poder desmentir este mito tenemos primero que hacer una pequeña puntualización: cualquier alimento, cuando se consume de manera excesiva y sin control, especialmente si no se realiza ejercicio físico que permita quemar las calorías que se ingieren, contribuirá al aumento de nuestro peso. O sea, la miel engorda en la misma medida que lo hace el resto de alimentos. Dicho esto, la miel es una alternativa saludable a los edulcorantes, especialmente al azúcar blanco. Este delicioso néctar es más dulce y denso que el azúcar, por lo que tiene un mayor poder saciante. Además, y el aspecto más importante, la miel aporta a nuestro organismo vitaminas y minerales necesarios para su correcto funcionamiento. No es una fuente de calorías vacía, está llena de nutrientes. Sí, es un alimento hipercalórico, pero basta con realizar un consumo equilibrado.

 

Estos son solo algunos de los falsos mitos más repetidos sobre la miel, aunque existen muchos más. Esperamos haber podido aclarar tus dudas y que no te dejes influir por informaciones erróneas a la hora de comprar miel, seguro que ahora tienes mucho más claro por qué este es un alimento esencial para tener una vida saludable. ¿Qué otros mitos te gustaría que desmontáramos?¿Te hemos sorprendido con los de nuestro post? Déjanos las respuestas en los comentarios, ¡estamos deseando leerte!

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