La miel es un alimento natural ideal para mantener una dieta equilibrada y está presente en casi todos los hogares. A pesar de que se consume habitualmente y de que lleva entre nosotros siglos, existen muchas dudas sobre ella. Una de las más comunes es si la miel caduca o no, ya que estamos acostumbrados a ver la fecha de caducidad en los productos que consumimos. En nuestro post despejamos todas tus dudas de una vez por todas, ¡sigue leyendo!
¿Cómo se produce la miel cruda?
La miel cruda es un alimento natural producido por las abejas y que no ha sido sometido a ningún procesamiento. Es una miel sin pasteurizar que conserva todo el sabor y las propiedades, y que cuenta de manera natural con propiedades antibacterianas y antimicóticas por las que lleva siglos siendo muy bien valorada tanto en la alimentación como en la medicina y la cosmética. Como es recogida de forma artesanal, conserva todos sus nutrientes, vitaminas y minerales, además de todo su sabor y aroma.
El hecho de que sea una miel sin pasteurizar hace que siga su proceso natural de cristalización, que hace que este alimento cambie de textura o de color, haciendo pensar que ha caducado. Pero, como te hemos contado en otras ocasiones, una miel no se cristaliza porque haya caducado, se trata de un estado natural y que dependerá de la variedad a la que pertenezca y de las condiciones en las que se almacene.
¿Cómo saber si la miel está mala?
Como hemos visto, la miel cruda es un alimento natural y, por ello, sufre cambios relacionados con su estado natural. En algunos casos puede parecer más oscura o tener una textura más espesa. Esto se debe a la cristalización propia de este alimento, un proceso derivado de la glucosa y la fructosa de la que está compuesto, y que son mayores que el agua. Esta supersaturación hace que las partículas de los azúcares tiendan a juntarse formando cristales. El resultado es un aspecto que puede hacer creer que la miel está mala cuando no es así.
Sin embargo, si no hemos almacenado la miel como se debería, con el bote bien cerrado y alejada del calor y la luz directa del sol, la miel puede perder sus propiedades, y adquirir un sabor y aroma menos consistentes. Como este alimento se toma en pequeñas cantidades, es probable que nos duré unos cuantos meses si compramos un formato grande, por esa razón debemos asegurarnos de que la conservamos correctamente para evitar que se eche a perder.
Además, puede darse un problema que haga que la miel se ponga mala: que fermente. Si la miel se envasa antes de que esté bien madurada en la colmena, puede contener un alto nivel de humedad, lo cual hace que pueda llegar a fermentar, incluso reventando el tarro que la contiene. En este caso este alimento no debe consumirse. En Miel LAPUELA nos aseguramos de que el proceso de recolección se realice en su momento justo y realizamos un control exhaustivo durante el envasado para evitar que este tipo de problemas ocurran.
¿La miel caduca?
Entonces, la pregunta es: ¿la miel caduca? Técnicamente, la miel no tiene fecha de caducidad. Sin embargo, es normal que veas impresa en los botes una fecha de consumo preferente tras la cual no se recomienda tomarla. En España, la normativa estipula que este período es de 2 años, después de los cuales se considera que este alimento ya no cuenta con todas sus propiedades en óptimo estado. Aunque esto no significa estrictamente que su consumo suponga un riesgo para la salud.
¿Por qué la miel no caduca es el estricto sentido de la palabra? El secreto está en su composición. Como tiene un contenido de agua bajo, dificulta que puedan aparecer en ella bacterias y su alta concentración de azúcares hace lo mismo con el crecimiento de microorganismos. Además, la miel tiene un pH ácido, entre 2 y 4.5, que resulta demasiado bajo para la proliferación de bacterias. Aunque, tenemos que volver a repetir que la clave para que este alimento sea seguro y podamos consumirlo con tranquilidad durante mucho tiempo, debemos conservarlo adecuadamente.
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